sábado, 1 de mayo de 2010

EL CAPITALISMO ES EXPLOTACIÓN Y MISERIA GENERALIZADA PARA LOS TRABAJADORES

El reciente aumento de precios en los productos de primera necesidad constituye un ataque abierto y frontal de la clase capitalista contra las condiciones de vida de los trabajadores, de por sí ya explotados al máximo. Mientras los capitalistas "logran" -gracias a los sindicatos- imponer "aumentos" salariales ridículos de 3 o 4%, algunos productos de primera necesidad -tortillas, carne, huevo, leche...- aumentaron en unos días 30 o 40% (ello sin contar que otras, como el gas y la electricidad, siguen aumentando mes tras mes). Al mismo tiempo, el gobierno hace todo lo posible para reducir los rubros del presupuesto que conciernen al salario "indirecto", como educación y otros servicios. Todo ello significa una reducción súbita y brutal al salario del conjunto de la clase obrera, lo que se traduce en peores condiciones de vida, miseria creciente, desnutrición para los trabajadores y sus familias, todo en aras de mantener las ganancias de los patrones.

Ante el descontento creciente por estas alzas de precios, que ya ha empezado a manifestarse en protestas aisladas en algunos lugares, todo el aparato ideológico de la burguesía, todos sus medios de difusión, se han dado a la tarea de hacer que los trabajadores acepten resignadamente este brutal ataque. Primero, los altos funcionarios de economía "explicaron" que todo es producto de las "leyes naturales" del mercado, de la oferta y la demanda, y de la "mundialización", y que por tanto no quedaba más remedio que aceptar los aumentos de precios. Los partidos políticos del capital tanto de izquierda como de derecha -PAN, PRI, PRD, "advirtieron" que un aumento general de salarios conduciría a una "inflación descontrolada" y que lo mejor sería "exigir" que el gobierno "controlara los precios". Así que, en un gran acto circense, el presidente Calderón mismo se reunió con los grandes monopolistas del maíz supuestamente para "controlar el precio" de la tortilla, pero lo único que hizo realmente fue... ¡oficializar el aumento de 40% al precio de ésta!

Para los proletarios debe quedar claro que mantenerse pasivos y resignados ante este ataque solamente abrirá la puerta a otros nuevos e ilimitados golpes contra sus condiciones de vida por parte de la clase capitalista. Debe quedar claro también que un aumento de salarios para contrarrestar la disminución de estos ante las alzas de precios, no ocasionaría inflación sino, por el contrario, frenaría -así fuera temporalmente- la voracidad desatada de los capitalistas. Y, finalmente, hay que convencerse de que un aumento de salarios no se logrará esperando que los sindicatos "negocien" con los capitalistas y el gobierno, sino que ello será posible solamente a través de una lucha masiva, de una lucha del conjunto de la clase proletaria.

Es a esto a lo que teme realmente la burguesía: a un brote de la lucha de clase del proletariado a gran escala, como ha ocurrido ya en los últimos años en otros países (Argentina, Francia, Italia, Alemania...). Y por ello se anticipa, no solamente redoblando sus campañas de ideológicas de falsas promesas de un "futuro mejor", sino también reforzando sus instrumentos de represión: el aparato judicial, la policía, el ejército.

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