Las revoluciones sociales no las hacen los individuos, las "personalidades", por muy brillantes o heroicas que ellas sean. Las revoluciones sociales las hacen las masas populares. Sin la participación de las grandes masas no hay revolución. Es por ello que una de las tareas más urgentes del momento es que los trabajadores se eduquen, que eleven su nivel de conciencia, que se capaciten.
¿Quiénes son sus enemigos? ¿Quiénes son sus amigos? Esta es una cuestión primordial para la revolución. Las luchas revolucionarias que han triunfado han sido aquellas en que los revolucionarios supieron unirse con sus verdaderos amigos y combatir a sus verdaderos enemigos.
Un partido revolucionario es el guía de las masas y no puede triunfar ninguna revolución si los partidos revolucionarios no la conducen por camino correcto. Ahora bien, para asegurar la conducción del proceso revolucionario por el camino correcto se debe saber distinguir a los amigos de los enemigos de la revolución.
Y para ello es necesario hacer un correcto análisis de las diferentes clases y grupos sociales que existen en el país y del papel que desempeñan en el proceso revolucionario.
Esto lo dijo: MARTA HARNECKER
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