Por Nallely Reyes Sánchez
El ejército, hombres agrupados y uniformados que ejercen el poder de las armas a favor de los poderosos; aunque ellos también son hombres sometidos y parte del pueblo explotado. La diferencia es que ellos están sedados por una ideología que dicta que la disciplina es la base fundamental de la vida, arrancándoles así su derecho a expresarse y pensar. No son hombres con crítica y reflexión, pues su única tarea está enfocada en el sólo objetivo de acabar con el que, les han dicho, es el enemigo.
En las calles
El uniforme, el escudo y el arma que portan son simbolismos que están cargados de poder y autoridad; herramientas indispensables a la hora de entrar en acción y salir a las calles a cumplir para lo que fueron entrenados, la escena del enfrentamiento es el único espacio en que se les permite desatar sus impulsos reprimidos, sus enojos, ira y ansia volcados contra los supuestos enemigos. Golpean, abusan, violan, matan, roban y peor aún, se enorgullecen pues se piensan omnipotentes.
Pero ¿quién y para qué formar a estos hombres con esta ideología? Los altos funcionarios buscan defender sus intereses y nos les conviene que un pueblo organizado pueda dar la lucha; por ello usan la forma más primitiva y más efectiva: la represión, mediante intimidaciones, amenazas, abusos, golpes y todo eso que el ejército sabe hacer.
Pretextando la seguridad nacional y el orden social
Se ha utilizado a los miembros del Ejército Mexicano y a grupos paramilitares para reprimir protestas sociales, a saber: Lázaro Cárdenas-Las Truchas, Michoacán; Texcoco y Atenco, Estado de México; los altermundistas de Guadalajara; la ciudad de Oaxaca; Montes Azules, Chiapas; los indígenas de la sierra triqui; los cinco hijos de Ernestina Ascensión, indígena que fue presuntamente asesinada por miembros del Ejército mexicano 1 Aunado a esto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) no es una opción para denunciar agresiones militares, pues solo está limitada a recomendaciones y no lleva a cabo acciones directas.
Peor aún, Derechos Humanos es un organismo creado por mandato de Estados Unidos con el único objetivo de darle entrada al TLC, ya que se requiere dar un rostro “humanitario” al gobierno que permite el saqueo del país.
Por su parte Felipe Calderón mediante su campaña televisiva contra el narcotráfico, y ahora también con el apoyo de la iglesia católica, ha resaltado el papel del ejército como una pieza importante y lo exhibe como heroico, cuando aún están abiertas las heridas de Atenco y Oaxaca.
Definitivamente, el ejército, es una de las herramientas más útiles que tiene la clase dominante para seguir funcionando, que no para solucionar problemas que afectan a la mayoría de la sociedad, porque este fingido ataque al narcotráfico no es más que una pantalla ilusoria reproducida por los medios masivos de comunicación. Así, el ejército en México sirve a la protección de la clase burguesa y a la fantasía de la seguridad pública .
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