El 2 de agosto de 1958, militares y policías allanaron las oficinas de las secciones 15, 16, 17 y 18 del Distrito Federal.. Al día siguiente una manifestación de ferrocarrileros fue brutalmente reprimida, con saldo de 3 trabajadores asesinados y otros lesionados. De inmediato maestros liderados por Othon Salazar, telegrafistas y petroleros, estallaron una huelga en solidaridad.
El Estado concluyo que Demetrio Vallejo era incorruptible y busco la manera de provocar un nuevo movimiento para justificar el descabezamiento del sindicato y una represión generalizada.
El 28 de marzo de 1959 Vallejo fue detenido junto a las oficinas del Sindicato y el ejército ocupo las instalaciones ferrocarrileras en todo el país. Cerca de tres mil rieleros fueron encarcelados, todo ello en medio de una campaña anticomunista, acusados de querer derrocar al gobierno. Cerca de diez mil ferrocarrileros fueron despedidos. Se reprime el sindicalismo independiente y a los líderes ferrocarrileros se les condena por ataque a las vías de comunicación, sabotaje y por el delito de disolución social (artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal), creado para combatir a los partidarios del nazifascismo durante la Segunda Guerra Mundial, y que sólo se aplica contra luchadores de izquierda hasta 1952. Los procesos judiciales son una farsa patética y los conduce el magistrado Eduardo Ferrer MacGregor, un icono de la degradación del Poder Judicial (él sentencia también a los presos del 68). A los despedidos (cientos de ellos) no se les indemniza.
Demetrio Vallejo permaneció preso once años cuatro meses y un día en la Cárcel Preventiva de la Ciudad de México (El palacio negro de Lecumberri) como en la penitenciaría de Santa Martha Acatitla. Durante su cautiverio, Vallejo no dejo de luchar. Desde las páginas de las revistas Siempre! Y Política, trato los problemas de los obreros en general y de los ferrocarrileros en particular, de los campesinos; denuncio las corruptelas de las prisiones mexicanas y el trasiego de las drogas. Denuncio la explotación a que eran sometidos los presos comunes al obligarlos a trabajar en los talleres de la prisión en condiciones ignominiosas y en consecuencia critico agudamente el sistema carcelario en cuanto a sus métodos de supuesta readaptación social.
Fue liberado el 29 de julio de 1970 al ser derogados los Artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal, que configuraban el delito de “disolución social”, tal como demandaba centralmente el Movimiento Estudiantil de 1968. Abandono la prisión con la frente en alto, nunca mendigo el perdón o indulto, como fue el caso de otros presos políticos.
Después de salir de prisión fundó el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) al lado de Heberto Castillo. Los puestos públicos no fueron de su interés. En 1985 resultó electo diputado federal por el Partido Socialista Unificado de México (PSUM). Falleció ese mismo año.
Demetrio Vallejo le toco vivir una etapa en México en donde el Partido Revolucionario Institucional persiguió y reprimió a los líderes políticos y sindicales que no se alineaban a sus caprichos. Fue un ferrocarrilero ejemplar, que debe ser rescatado del olvido en que pretenden hundirlo, para ejemplo a las nuevas generaciones de mexicanos. Rescatar su memoria en estos momentos difíciles en que se necesita un sindicalismo comprometido con la clase trabajadora y en la defensa de los intereses nacionales. Revivir la lucha sindical y política de este luchador incansable, es retomar la lucha por la defensa de la industria petrolera y eléctrica.
El sindicalismo y específicamente el ferrocarrilero en México actualmente se encuentran en una posición colaboracionista, cooperativista y entreguista. No hay un espíritu de combatividad por la defensa de sus intereses de clase social y mucho menos tiene una actitud de batalla por defender los principios superiores de la nación.
El Capitalismo, en esta etapa de neoliberalismo ha logrado absorber y acabar los objetivos del sindicalismo revolucionario. Los actuales lideres sindicales son comparsas de la clase social parasita y explotadora.
Por eso en estos momentos históricos evocamos la lucha de Demetrio Vallejo, como un combatiente en la lucha sindical. En su memoria le rendimos tributo y nos indignamos por este sistema político y económico que impone con el garrote su “Estado de derecho”.
HOLA BUEN DIA MI NOMBRE ES ROSALIO HERNANDEZ Y ESTOY ESCRIBIENDO UNA BIOGRAFIA NOVELADA DE DEMETRIO VALLEJO ,Y ME INTERESARIA HACERLA LLEGAR A LA PERSONA QUE ESCRIBIO TAN BUEN ARTICULO COMO ESTE . MIS DATOS SON:
ResponderEliminarTEL: 52641560, 52642031 MI CORREO ES rosalio_hernandez7@yahoo.com.mx
HOMBRES COMO DEMETRIO VALLEJO NO DEBEN OLVIDARSE Y MENOS EN ESTOS TIEMPOS CUANDO AL HABLAR DE LIDERES SINDICALES, LOS RELACIONAMOS INMEDIATAMENTE CON LA DESHONESTIDAD, LA CORRUPCIÓN, LA HIPOCRECIA, EL ABUSO, EL ROBO, LA DESLEALTAD, LA INCONGRUENCIA Y LA FALTA DE VALORES.
ResponderEliminarCIERTA VEZ UNA PROFESORA DE LA UNAM, MENCIONÓ DURANTE LA CLASE QUE NO HABÍA UN SOLO LIDER SINDICAL HONESTO Y MI HIJO LE CONTESTÓ QUE NO ERA VERDAD, PORQUE SI HABÍA EXISTIDO UNO, DEMETRIO VALLEJO, EJEMPLO DE LA DIGNIDAD OBRERA.