Son dos películas de dos fanáticos: “Juanito” el de la resistencia civil pacífica y “Josmar” el religioso secuestrador del avión. Juanito se quiere quedar con un puesto de la clase política y lo persiguen para que cumpla su palabra. Pero este férvido de la resistencia civil, ya no quiere ser engañado, quiere engañar.
Desconoce quién lo creo, argumenta que “el pueblo manda”. Pero Juanito se canso de la base y quiere probar las mieles de una posición política administrativa en la delegación de Iztapalapa. Quizás aconsejado quiere quedarse como delegado, pero en su interpretación de su vida entiende que se encuentra en la cúspide; y declara que es famoso y que quiere ser candidato a la presidencia de la República en el 2012. Su subconsciente sabe que así es la política y se imagino que tendría lo que nunca pensó tener, y quiere aferrarse a un puesto convenido entre él, Brugada, el PT y Andrés Manuel López Obrador.
Por otro lado en el aeropuerto nadie se imaginaria que un pastor cristiano secuestraria un avión y que profetizaría un desastre nacional, que vendría un terremoto y habría una gran desgracia. Era un sujeto en el anónimato que solo lo conocían los creyentes de su iglesia y que quiso a dar conocer un mensaje celestial. Josmar en su fe habla con su dios y da mensajes divinos de una manera tan fantástica y hasta risible. Aunque este pastor loco en lugar de predecir un terremoto, tenía que haber predicho un terrorismo fiscal impulsado por los detentores del poder político. Pero relaciona en su dilucidación a este país con lo que lee (la biblia) y su fe religiosa (fanatismo). Su subconsciente sabe que en México vivimos una desgracia, pero lo dice equivocadamente con su mística forma de pensar.
Ambos casos parecen asuntos de carácter psiquiátrico o de shows reality, pero realmente son distractores para que se entretenga a las masas populares en esta marea de desinformación que nos crea Televisa y Televisión Azteca. Desde luego con el beneplácito de los que detentan el poder político y económico, en beneficio del sistema político.
Mientras esto ocurre quieren imponer una reforma fiscal, pretenden imponer el impuesto del 2 por ciento a todos los productos, incluyendo alimentos y medicinas; tal pareciese que quieren matar de hambre a la mayoría de los mexicanos. Ya no se acuerdan los diputados federales que cuando fueron Candidatos en campaña prometieron no imponer más impuestos y que al contrario cancelarían el Impuesto bancario del IDE (que es cuando exceden de 25 mil pesos mensuales en sus depósitos) y otras tributaciones. No se acuerda el Presidente ilegitimo Felipe Calderón que prometió en campaña derogar el impuesto de la tenencia vehicular. Pero como siempre el gran perdedor es el pueblo mexicano, que tiene que cargar con una crisis económica que es bendecida por los verdugos que están en el ejecutivo y en el legislativo.
México es el único país que paga impuestos para todo y todavía en esta crisis quieren imponer más. Para aguantar hay que crear distractores televisivos, y que mejor que unos fanáticos ilusos.
No solo existe una crisis económica, también hay una regresión en todos los aspectos de la vida. Estamos en una época en donde los charlatanes de la fe abundan a causa de una crisis emocional del individuo ocasionada por la miseria material e intelectual. Abundan los distractores de la realidad. A los poderosos economica y politicamente en este pais no quieren un Mèxico Bronco, quieren un pais distraido.
Articulo enviado por Juan Huerta
No hay comentarios:
Publicar un comentario