Ante cientos de solidarios de México y del mundo, los sobrevivientes dijeron que a 13 años de la masacre la situación no ha cambiado porque la implementación de las estrategias de control y cooptación social se mantienen, se van creando otras nuevas para debilitar a los pueblos en la construcción de sus propias autonomías, además de la presencia de paramilitares y las armas en las zonas.
Por: Patricia Chandomí / CIMAC
2011-01-08 16:20:42
Patricia Chandomí / CIMAC
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. “De las peores muertes imaginables para los seres humanos, está la masacre... porque no sólo se mata a los masacrado, sino a sus sobrevivientes, que mueren de a poco de la pena de imaginarse el dolor que pasaron sus familiares, y lo que empeora las penas, es el tener que soportar la impunidad de los asesinos”.
Las masacres, explica el investigador Juan Carlos Segura, quien hace una importante reflexión sobre ellas, son principalmente pedagógicas, tienen la tarea de enseñar a los otros y otras a callarse, a tener miedo, a vivirlas como una amenaza constante.
Sin embargo, las masacres tienen sus notables contradicciones, como en Acteal, una masacre que se hizo para silenciar y proyectar temores en 1997, hoy a 13 años, despierta más voces con coraje y dignidad.
Ante la nula investigación y la impunidad, el pueblo de Acteal construye sus propias alternativas de resistencia contra el olvido, combate el discurso de la mentira y transmite su verdad, la verdad de sus muertos y de sus sobrevivientes.
Como cada año desde 1997, como cada día 22, de cada mes, las y los sobrevivientes recordaron a sus muertos acompañados de colectivos solidarios, comunidades, organizaciones e integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, juntos reflexionaron e intercambiaron experiencias en el encuentro Tejiendo resistencias y autonomías frente a la contrainsurgencia y la dependencia.
Ante cientos de solidarios de México y del mundo, los sobrevivientes dijeron que a 13 años de la masacre la situación no ha cambiado porque la implementación de las estrategias de control y cooptación social se mantienen, se van creando otras nuevas para debilitar a los pueblos en la construcción de sus propias autonomías, además de la presencia de paramilitares y las armas en las zonas.
“Como una confirmación de la impunidad, este año fueron liberadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, 15 personas más responsables materiales, según testimonios de los sobrevivientes. Liberaciones que se sumaron a los otros 29 responsables señalados todos como paramilitares”, sostuvieron los sobrevivientes, asociados en la organización civil Las Abejas.
Esta liberación llegó como un segundo mensaje de violencia y otra vez falló en su objetivo de dejarlos callados, desde hace años, acompañados por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas solicitaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que atrajera el caso, y hace un par de semanas, fue aceptado.
La CIDH señaló al Estado mexicano como responsable de la masacre por acción y omisión. Por acción al cometer ataques contra la población civil por grupos paramilitares a fin de debilitar al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y por omisión al deliberadamente no intervenir durante la consumación de los hechos y la denegación de la justicia hasta la fecha.
Es así que la masacre de Acteal perpetrada para subordinar y silenciar identidades, hoy inscrita en los cuerpos de cada uno de los sobrevivientes, alza la voz para sanar las heridas con justicia y dignidad.
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